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Poner anuncios en Google no siempre funciona a las empresas que se anuncian. Puede ocurrir que no dé el rendimiento que se esperaba o peor aun, el que le prometieron. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué tantas personas están desencantadas con la publicidad en Google y otras sin embargo prefieren sacar el pan de la cesta de la compra o pegarse un tiro en el pie antes que retirar la partida asignada a poner anuncios en Google? ¿Cómo puede haber resultados tan dispares? A lo largo de nuestra trayectoria, y tras muchos encuentros con colegas de profesión, concluímos como causas principales que cuando una campaña de Google falla se debe (por este orden de afluencia) a:

  1. Factor Juan Palomo.
  2. No hubo analítica previa o fue mala o insuficiente.
  3. Falló el diseño del anuncio.
  4. No se controló la evolución.
  5. Falla la web.
  • Expectativas poco realistas y a qué llamamos fraude.

1 Poner anuncios en Google a lo Juan Palomo

Frases como —Esto lo puedo hacer yo— o como —Yo no le voy a pagar a un tío para que me ponga un anuncio por palabras— han hecho mucho daño a quien se revistió de conocimientos que no tenía. ¿Por qué? Porque Google no para de evolucionar. Fíjate que las aplicaciones de Google en tu móvil (Youtube, Google, Play Store, Play Libros…) no paran de actualzarse casi a diario. Pues imagina cuánto más no irán desarrollando su plataforma de anuncios, su fuente de ingresos. Cada vez es más compleja, cada vez tiene un algoritmo con más parámetros y requisitos. Es más, ha sacado su propia academia para aleccionar a profesionales sobre cómo usarla, para conocer las últimas novedades… Si no tienes esa formación, vas a meter dinero en Google igual que en una casa de apuestas online. En eso del marketing, todos parecen conocer los arcanos. En medicina si nos duele el corazón, no vamos al traumatólogo ni al dermatólogo. ¿Por qué en marketing siempre acudes a tu cuñado? Así nos va y así nos fue aquella vez que quisimos poner anuncios en Google.

2 No hubo analítica, fue mala o insuficiente

Si no conoces a tu cliente ¿cómo sabrás lo que quiere comprar? Si no averiguas sus preferencias ¿cómo le contarás los beneficios de tu producto? Supón que tienes en venta un producto en tu tienda online: lip gloss. Genial, ya conoces tu producto. Tu cliente son las chicas. Estupendo. Tienes mucho avanzado. Hala, es solo entrar a Google y anunciarlo —Lip Gloss— Pero si estaba tan claro ¿por qué no funciona? ¿Has visto las búsquedas que se hacen en Internet? Tal vez en tu región nadie pone en el buscador Lip Gloss y prefieren poner Brillo de Labios o barra de labios, acaso Pintura para Labios que tienen miles de búsquedas. El mismo anuncio del mismo producto, apuntando a un término fracasa y a otro triunfa. Para eso le pagas —al tío/a que te pone el anuncio— Ahora sí se entiende y comparte ¿verdad?

3 Falló el diseño del anuncio

Puede ocurrir que tengamos un buen producto/servicio, que aunque sea por suerte lo anunciemos para las palabras que más le convienen o que al menos no son inconvenientes… Y sin embargo el anuncio de Google no acaba trayendo nuevos clics a nuestra web. Puede ocurrir que el diseño del anuncio no guste o no llame la atención. Puede ocurrir que siendo correcto y bien redactado, no tenga en cuenta que todos los anuncios de la competencia (que aparecerán junto al tuyo) ponen el precio y el tuyo no, regalan una primera sesión y el tuyo no… Diseñar el anuncio exige de un benchmarking necesario a todo el proyecto. Una buena redacción, centrada en beneficios, un análisis de la competencia… Son muchos los parámetros a considerar y sin los cuales un anuncio puede fracasar.

4 No se controló la evolución

Poner anuncios en Google es verdaderamente más complejo de lo que parece cuando queremos que rindan. Las campañas de Google son entes vivos. No acaban al publicar tu anuncio. Cada anuncio, apunta a unas palabras o términos de búsqueda que, si son acertados habrán de coincidir con los que la gente usa para buscar lo que tú vendes. Cada término tiene un precio por clic. Aquellas palabras que reciben muchas búsquedas –Ropa– o por ejemplo —Vaqueros baratos—costarán mucho más que anuncios para palabras como —Camaras CCD-CMOS—. A menos búsquedas tiene un término, más barato es anunciarse y al revés, los términos más populares cuestan más. Pero hay más. El precio por término va variando: puede haber un evento que lo dispare; un suceso que lo ponga momentanemente de moda; ser temporal… Si no controlas tu campaña y el desarrollo del mercado de pujas, probablemente tu anuncio nunca se vea porque no entra en los valores que piden. El control y la reasignación presupuestaria en plena campaña (nosotros la hacemos diaria) es vital para que cada día nuestro anuncio sea visible.

5 Falla la web

Google no muestra con agrado anuncios que llevan a webs poco desarrolladas, que cargan muy lento o se ven mal en móviles. Es decir, que si tu web no está bien optimizada, tu anuncio no tendrá tantas impresiones de pantalla como el de la competencia. Google ofrece su producto —buscador— a los internautas. Quiere que los resultados de búsqueda que ofrece sean excelentes. Que estén arriba los mejores (según su baremo). Y esto también vale para los anuncios. Lo hacen así para no afectar a la calidad del servicio de búsqueda y experiencia de sus usuarios. Por tanto, si no tienes una web decente y optimizada, pásale un check antes de contratar tu campaña en Google.

 

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Expectativas poco realistas y ¿a qué llamamos fraude?

En otros muchos casos, acuden a nosotros empresas descontentas con sus experiencias en Google como anunciantes. Analizamos su discurso y en muchos casos vemos que tal vez el anuncio sí funcionó pero quizás, por unos o por otros, las expectativas que habían depositado sobre la campaña no eran realistas. Si crees que un producto mediocre se convertirá en un éxito de ventas viral solo por poner 80 € de publicidad en Google eres un iluso. Prefiero hablarte claro que dejarte persiguiendo una quimera o creyendo en hadas y hobbits. ¿De dónde vienen esas falsas expectativas?

  • De agencias intrusas que con malas artes prometen resultados irreales e imposibles de aventurar.
  • De empresarios poco críticos y poco realistas con su imagen, su producto, su rango de precios, su oferta, su web…
  • De inversiones insuficientes forzadas a creer que serán suficientes aun cuando te están advirtiendo de que tu segmento de mercado exige una inversión mayor.

Y sobre todo, de desconocer cómo es Google y qué hacen sus anuncios. Google te vende visibilidad con sus anuncios, no clientes. Miles de millones de búsquedas se hacen a diario en su buscador. Muchas de ellas tienen que ver con lo que tu empresa vende. Lo que Google te ofrece es que cuando alguien busca eso que tú vendes aparezcas tú. Google no te dice que vas a vender sino que se te va a ver. Que habrá gente que busca lo que tú vendes que irán a tu web porque te verán en primera instancia a ti (los anuncios de Google son los primeros resultados de las búsquedas). Nunca te prometieron que harías clientes, sino que tendrías más oportunidad de hacerlos.

Sé realista. Antes de decir que poner anuncios en Google no funciona, analízate. Pusiste un anuncio en Google y cuando la gente lo clicaba qué veía: ¿una web lenta que no se abría en su móvil? ¿un producto pasado de moda? ¿un servicio que no coincidía con su necesidad? ¿unos precios o condiciones que no interesaban con respecto a tu competencia? ¿llamó y no había nadie? ¿escribió una duda o solicitud en el formulario y nadie le contestó? ¿El catálogo de productos no estaba actualizado? ¿No funcionaba la pasarela de pagos? ¿Algo de este estilo? Y ahora dime ¿tiene Google la culpa de eso?

No lo digo para abogar por poner anuncios en Google (no lo necesita) o fomentar su consumo, sino para que hagas los cambios que necesitas y puedas sacar partido de esta herramienta comercial. Replantea tu comunicación como un todo, no creas en los milagros y trata con profesionales. Te irá mucho mejor si pones en práctica estos consejos.

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