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Hablar de la tasa de rebote, es lo mismo que hablar de la calidad del contenido que cuelgas en tu web. Por eso, tienes que entender qué es este concepto y darle la importancia que merece dentro de la estrategia de marketing de tu despacho, tu negocio online, tu web corporativa… cualquier proyecto que tengas en forma de página web.

Veamos de qué se trata.

Tasa de Rebote: qué es

tasa de rebote o porcentaje de rebote de una web

La tasa de rebote es un dato, una métrica que indica cuántos usuarios visitan tu web y la abandonan directamente sin visitar ninguna página más de la misma con respecto al total de personas que la hayan visitado. Es decir, no es una métrica absoluta, sino una relación entre el volumen de gente que pasa por tu web y el de personas que se quedan viendo más contenidos ofrecidos dentro de la misma.

Ejemplo Práctico

Trabajemos con un ejemplo: la página web de un centro de belleza.

Supongamos un visitante en esa web. Esta persona ve un post en Facebook, una búsqueda en Google, un anuncio en cualquier plataforma digital… «El nuevo tratamiento facial que te hará levantarte con buena cara cada mañana» y desde ahí accede a la web del centro de belleza. Puede leer ese post, y una vez terminado:

A) salir de la web. Este caso repetidamente da lugar a una Tasa de Rebote Elevada. No tienen más interés en lo que se ofrece.

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B) leerlo y clicar en tarifas para ver cuánto costaría, a continuación clicar en reservar cita… etc. Esta segunda visita, es más importante que diez visitas como la primera (tipo A), es decir, de las que se van. La segunda visita se ha interesado en lo que ofrece la marca tras ese primer acceso al contenido. La primera, ha salido. Se entiende que o bien no le ha gustado el artículo, o la empresa no le merecía confianza, o se le ha hecho pesada la lectura… El modelo B) repetido da lugar a una Tasa de Rebote Baja. Son personas a las que interesa lo que ven en la web, más allá de la puerta de acceso por la que entren.

¿Cómo interpreto mi tasa de rebote?

Vamos a ver cómo la interpreta Google y así te estaré diciendo cómo la debes interpretar tú. Una tasa de rebote elevada, en líneas generales (hay excepciones) nos indica que la página no ha captado la atención de la persona más allá de lo que entró a ver. Cruzando ese dato con el tiempo de permanencia de las personas en la web, veremos que, si es bajo, causó rechazo, no cumplió las espectativas de lo que prometía etc. Cierto es que puede ser una Landing Page, es decir una página que no ofrece opciones a salir a otros contenidos, con lo que el porcentaje de rebote siempre será del 100% porque no tiene más opción. Lo que pasa es que la landing page se crea con ánimo de lograr conversiones a citas, leads, consultas… En este caso el tiempo de permanencia será crítico.

Una tasa de rebote baja, quiere decir que las personas que entran a la web, mayoritariamente tienden a interesarse por otros enlaces, otras secciones, ampliar información, realizar consultas… es decir que encuentran la web interesante más allá del primer reclamo que les atrajo. Esto puede significar un buen diseño, una buena velocidad de carga, una buena organización del contenido, un copy atractivo, una oferta en sintonía con un nicho de mercado, un acierto a la hora de atraer tráfico por ser cualificado (es decir relacionado con el producto, personas realmente interesadas y no atraer por atraer)…

Por lo general, yo te diría que si tu tasa de rebote es baja, significa sobre todo una ventaja √ Tus esfuerzos están llevando no ya gente a tu web, sino a las personas que estarían potencialmente interesadas en lo que ofreces. Por eso es tan importante.

¿Dónde averiguo mi tasa de rebote?

Tu tasa de rebote está en tus Analitycs de página, es decir, en tus estadísticas de visitas. Tú, (o el profesional en la que delegues la tarea) deberás revisar muy bien estas métricas al menos una vez a la semana para ver cómo está evolucionando y cómo puedes reducir esa tasa de rebote.

¿Por qué no es tan conocida esta métrica si es tan importante?

Existen unas cifras que se llaman vanity metrics. Sí, métricas de vanidad. Aquí podrías contar las visitas, los followers o los me gusta de Facebook… Cifras absolutas que no sirven de mucho. Son como ese músculo  de silicona incapaz de levantar pesoo proteger el hueso, pero que queda vistoso en las fotos. ¡Ya tenemos 5000 seguidores en Facebook! ¡40.000 visitas el año pasado en nuestra web! ¡30 ❤ en nuestro último post en Instagram! Ok Pero ¿cuántas ventas? ¿cuántas personas te escribieron para hacerte una consulta o pedir un presupuesto?

Las empresas, todavía muy poco formadas y peor asesoradas a nivel de marketing digital, se fijan mucho en esas métricas cuantitativas. Cuántas visitas; cuántos likes, cuántos seguidores… en vez de atender a parámetros cualitativos que son los que nos van a orientar realmente sobre cuán efectivos están siendo nuestros esfuerzos y cómo están calando en nuestro público.

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