Hay clientes que me hacen esa pregunta. Es una pregunta que va más allá de lo puramente técnico y de marketing (diseño de la web, de la tienda, estrategias promocionales para posicionarla…) y entra en el campo del desarrollo de negocio. Me están preguntando si es rentable.
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¿ESTÁS PREPARADO TÚ?
No tengo una bola de cristal. Si la respuesta fuera sí (sin más), con absoluta certeza, yo mismo tendría varias tiendas. La respuesta es sí pero no sin más. Es preciso conocer el mercado, negociar bien con los proveedores, ofrecer un buen producto/servicio, a un precio inmejorable… Si reúnes eso de partida (si tienes ya un comercio físico por ejemplo o un plan de negocio desarrollado) entonces estás en condiciones de plantearte la creación de una tienda on line. Si no, dan igual lo maravillosas que sean las cifras del mercado de la venta digital. Si tú no haces tu parte, de nada sirve. El tema de la venta on line requiere profesionalidad. A qué me refiero: imaginemos que yo (profesional del marketing -exclusivamente- desde que ingresé en el mercado laboral) me entero de que se venden muchas camisetas en Internet. Pienso, pues venga, mañana mismo monto yo la mía y a ganar dinero. Pues no va así. ¿Conozco la industria de la moda? ¿Quién será mi proveedor de tejidos? ¿Quién va a diseñar la ropa? ¿Dónde se confeccionarán? ¿Cuánto me costará cada prenda? ¿Habrá cantidades mínimas u otros compromisos? No conozco el mercado. Mi mercado es saber encontrar a quienes quieren comprar esa ropa y desarrollar una campaña que les convenza para comprarla y una web donde hacerlo, pero no soy Amancio Ortega solo porque se gana dinero. Hay que ser profesional, Internet no da cobijo al advenedizo.
ABORDANDO LA CUESTIÓN
Si tenemos un plan de negocio serio (y viable) entonces sí podemos preguntar si merece la pena tener una tienda online y ahora sí, en este caso te diré que sí y que un futuro más todavía. El mercado online genera muchísima venta. En España tenemos 16 millones de clientes. Una de las últimas tiendas online que he terminado (hace apenas unas semanas) vendía artículos incluso en fase de pruebas (hubo que escribir a la persona explicándole que estábamos rematando y que le enviarían el pedido y la factura de manera directa).
El 74% de los usuarios de Internet en España compra/ha comprado on line en los últimos 12 meses. Hago la cuenta: todo el mundo desde el niño al abuelo usa Internet, ergo, de cada cuatro españoles tres son compradores online. En los últimos tres años, en España el comercio electrónico viene creciendo en volumen de facturación en valores siempre por encima del 20%. Si nos felicitamos porque la economía crece un 2,8%, imaginen lo que es un sector que crece un 23%.
El cliente promedio en España es así:
- 37-38 AÑOS | HOMBRES Y MUJERES | ESTUDIOS UNIVERSITARIOS Y FAMILIARIZADOS CON LAS REDES SOCIALES
- EL TICKET MEDIO DE COMPRA online EN ESPAÑA SE SITÚA EN 75€
- EL PROMEDIO SON 2 COMPRAS/MES EN ESPAÑA
Lo que más valoramos los españoles a la hora de comprar online es:
- Transparencia (que haya datos de contacto claros del vendedor)
- Envíos gratuitos (si no, no lo vemos competitivo respecto a ir a la tienda)
- Posibilidad de ejercitar devoluciones, cambios de talla, etc…
Pagamos preferentemente con la tarjeta de crédito. PayPal tiene su cuota, pero no es francamente menor. Pago contra reembolso o la transferencia son muy residuales. Hemos roto la barrera del pánico a pagar con tarjeta por Internet a base de comprar sobre todo vuelos y reservas de hotel.
Otro dato que a algunos puede interesar: los españoles quieren que les envíen los productos a casa en un 75% de las ocasiones, en un 15% en el trabajo y en un 10% lo ponen para recoger en tienda. Los sectores que más triunfan: viajes y ocio; moda – complementos y tecnología.
España es el 4º país de la UE en ventas online. Sólo tras Reino Unido, Alemania y Francia. El comercio electrónico acumula 10 años de crecimiento continuado. El Gasto Medio en 2016 fue de 1.400 euros por persona.
Conclusiones:
Internet ofrece un canal de ventas magnífico al emprendedor. Hay muchos clientes dispuestos a comprar, reduce enormemente los costes de producción respecto a una tienda física y brinda muchas opciones para la fidelización de clientes antes impensables (newsletters, cookies, análisis de patrones de navegación…). Pero no exime de la obligación de ser un buen conocedor del sector y de contar con un producto/servicio que merezca la pena comprar.