Entrevista | Hermanos Guerrero Muñoz propietarios de la almazara Aceites La Purísima
Dentro de nuestra rama de Marketing alimentario, el aceite de oliva, por su condición de estrella indiscutible de nuestro mercado nos llama poderosamente la atención. De ahí, que hayamos querido conocer a una de las almazaras más arraigadas de nuestra zona: Aceites La Purísima, en Alhendín. Y decimos arraigada porque su filosofía la hace estar cerca no de un gran productor latifundista sino de cientos de micro-propietarios que recogen una modesta cosecha de sus olivos (muchos de ellos tienen apenas unos cuantos árboles por hobby, otros por herencia familiar, tradición…) y acuden con ella a sus instalaciones situadas en el corazón de la vega granadina apenas a 7 kilómetros de Granada. Gracias a ellos, quienes poseen unos olivos pueden recoger la aceituna, llevarla hasta la almazara y llevarse su aceite. Pueden cumplir su sueño agrícola, dar rienda suelta al orgullo de decir –en casa aliñamos la ensalada con nuestro propio aceite-. Con estas credenciales, no podíamos por menos que conocer una empresa que al amparo de la Purísima se convierte en una célula productiva muy interesante capaz de generar una actividad más que interesante. Con sus dueños, los hermanos Guerrero Muñoz, hemos charlado para acercarnos a su realidad y conocerlos mejor:
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¿Qué es aceites La Purísima?
“Somos una empresa familiar. Somos cinco hermanos los que sacamos adelante la almazara. Al ser un negocio estacional, donde tenemos unos meses de actividad desbordante coincidiendo lógicamente con la fecha de la aceituna y unos meses más relajados donde nos dedicamos a la venta del aceite, hemos diversificado nuestra actividad e incluimos el negocio de los materiales de construcción para apoyar la marcha de la empresa en los meses en que el aceite no nos ocupa tantos recursos. “
¿De dónde surge Aceites La Purísima?
“La empresa data de una empresa antigua, arraigada en el pueblo durante muchos años. Nosotros la compramos en 1994 a un señor que no tenía herederos y que sí tenía sin embargo mucho empeño en encontrar alguien que continuara con su almazara. Nosotros lo cogimos de prueba y nos gustó tanto este mundo del aceite que aquí estamos hasta la fecha”
Fantástico. Agrada encontrar gente que está en un negocio aupado a la pasión que en él despierta su propia tarea. ¿Cómo es la actividad de la empresa?
“Se trata de recoger la aceituna de muchísima gente que tiene poquitos olivos. La aceituna se recoge al día y se entrega a la almazara al día. Prácticamente podemos decir que se muele diariamente”.
¿Qué tipo de aceite resulta de vuestro proceso?
“Aquí recibimos una media de entre 500 y 1000 kilogramos de aceituna casi por cosechero. Y ese cosechero que se acerca a La Purísma si por ejemplo tiene 30 olivos pues a lo mejor tiene 3 o 4 variedades distintas de aceituna en la finca. Por tanto el aceite que sale integra muchas variedades todas juntas. No es monovarietal”.
¿Cómo veis el sector olivarero en este momento?
“En este momento lo vemos en manos de las multinacionales. Ellas son las que manejan el precio del aceite sin tener en cuenta si hay mucha producción o poca ni los gastos que genera el producirlo. Llevamos unas cuantas campañas que cuesta el dinero. Tanto al cosechero para coger la aceituna, que tiene que pagar las labores de recolección y el mantenimiento del olivar, como a las almazaras que también tienen sus gastos”.
¿En base a qué fijan los precios?
“En base a que esperan. Dejan pasar el tiempo… el agricultor que necesita dinero para mantener la finca y tiene que cobrar la aceituna; juegan también con la almazara que tiene una capacidad limitada en la bodega. Cuando ya no cabe más aceite, tienes que vender porque si no tienes que parar la producción… o sea que el tiempo corre en nuestra contra y entonces juegan con eso. Aprovechan tu necesidad para comprar el aceite sin pensar en más precios ni costes. El aceite es un producto gancho en las grandes superficies y ahí a quien le repercute es al último eslabón de la cadena, que es al productor”.
¿Qué retos tiene aceites La Purísima de cara a medio-largo plazo?
“Tal como están las cosas, que sigamos como estamos. (Sonríe) Aquí no hay mucha producción de aceituna y entonces no te atreves tampoco a comprar aceituna de otro sitio porque no sabes cómo lo vas a defender. Respecto a la exportación, por ahora no hemos entrado en ese campo”.
Existe además la competencia internacional de aceites como el de Marruecos, que no tienen la calidad del aceite de oliva que se obtiene en Andalucía ¿qué opinión les merece esta realidad?
“En España tenemos mucha normativa de sanidad, medioambiente, calidad… y ahora entran otros países que no tienen tanta normativa y a lo mejor pueden jugar con otros precios, provocados incluso por la mano de obra más barata y puede ser que se vayan metiendo bajo el precio español y se vayan haciendo su hueco. Producción no creo que tengan mucha pero ahí están”.
¿Os dais a conocer por el “boca-oído”?
“Sí, los mismos cosecheros nos dan a conocer, venden nuestro aceite. Lo van anunciando. Son ellos mismos quienes van dando a conocer la marca. Además, quien lo desee se puede poner en contacto con nosotros en nuestra página web”.
Este es a grandes rasgos el perfil que podemos trazar de esta empresa familiar del aceite de oliva. El que suscribe ha tenido el placer de probar el Aceite Alhend, un polivarietal de una calidad acertadísima que a buen seguro se va a convertir en nuestro aceite de cabecera. Cuando uno ve el sabor que consiguen sacarle a una mezcolanza de aceitunas tan variada como la que puede haber en nuestra vega, resultado de la suma de tantas pequeñas fincas llega a la reflexión de que tal vez el mestizaje en el aceite sea tan positivo como en la especie humana dando lugar a texturas y sabores nuevas y únicas. Si quieren un aceite de nuestra vega, de calidad excepcional y a un precio más que interesante acérquese a Alhendín, pues a solo 7 kilómetros de la ciudad se lo van a vender con la mejor atención posible.